En un giro inesperado que nadie vio venir, el magnate tecnológico Elon Musk dejó atónito y conmovido a su círculo íntimo después de que su hijo adolescente llevara a casa a un niño de acogida, y la reacción inmediata del multimillonario no fue la que nadie esperaba.
Según fuentes cercanas a la familia, el suceso tuvo lugar el viernes pasado en la residencia privada de Musk en Palo Alto. Xavier Musk, de 20 años, llegó inesperadamente a la propiedad con un niño de 12 años llamado Mateo, un chico tranquilo, retraído y que había salido recientemente de un hogar de acogida problemático. Lo que iba a ser una visita informal de fin de semana se convirtió rápidamente en algo mucho más profundo.

«Elon acababa de terminar una reunión virtual con ingenieros sobre un proyecto de propulsión relacionado con Marte», dijo una fuente interna de Tesla que pidió permanecer en el anonimato. «Esperábamos que estuviera preocupado, tal vez incluso molesto. Pero lo que hizo después fue… inolvidable».
EL MOMENTO QUE CAMBIÓ LA HABITACIÓN
Según testigos, Musk se detuvo un instante, mirando al niño con una mezcla de curiosidad e intensidad. Luego, sin decir palabra, se acercó a Mateo, se arrodilló a su altura y le preguntó: “¿Te gustan los cohetes?”.El rostro del niño se iluminó. Ese fue el comienzo de una improvisada visita guiada de dos horas al laboratorio privado de Musk, donde le explicó de todo, desde física básica hasta el acoplamiento de estaciones espaciales. Lo que se suponía que sería un fin de semana tranquilo se convirtió en una sesión de mentoría sin igual, y la cosa no terminó ahí.
Según los informes, el domingo por la noche Musk había dado instrucciones a su equipo legal para que “investigaran todo lo necesario para garantizar que este niño nunca más se sienta indeseado”.
“ÉL SIMPLEMENTE DIJO: ‘HAZLO’”
“Elon rara vez toma decisiones impulsivas”, dijo un miembro destacado de su equipo legal. “Pero esto no era un asunto de negocios. Era algo personal. Simplemente nos miró y dijo: ‘Hagan que esto suceda. Ahora es uno de nosotros’”.
Para el lunes por la mañana, se había creado un fideicomiso educativo privado a nombre de Mateo, que incluía una beca completa para cualquier programa de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) del mundo. Musk también encargó a la división de robótica de Tesla el diseño de una interfaz de aprendizaje de IA adaptada específicamente a los intereses de Mateo.
LA REACCIÓN DE INTERNET
Cuando la noticia del incidente comenzó a filtrarse entre empleados y amigos, las redes sociales estallaron con admiración y especulación. Algunos lo tacharon de «estrategia publicitaria», mientras que otros elogiaron a Musk por hacer algo «más impactante que cualquier tuit o lanzamiento».
“Podéis decir lo que queráis de Elon, pero esto es humano”, tuiteó el inversor y filántropo Mark Cuban. “Necesitamos más líderes como este”.

¿UN NUEVO CAPÍTULO?
Aún no está claro si esto supone un cambio más profundo en las prioridades personales de Elon Musk o si se trata de un gesto puntual. Pero para su equipo, fue un momento decisivo.
“Elon puede ser intenso, incluso difícil”, dijo un colaborador de larga data. “Pero ese fin de semana vimos una faceta suya que pocos llegan a presenciar. No era un director ejecutivo. Era un padre, y uno excelente”.
Según fuentes cercanas a Mateo, no ha dejado de sonreír desde entonces. Y por primera vez en mucho tiempo, ha empezado a preguntar por las estrellas, no solo por las del cielo, sino también por aquellas que ahora siente que puede alcanzar.