Te han dicho que es un “escenario ficticio”. Te han dicho que 3I/ATLAS es un simple visitante interestelar, una roca inerte pasando cerca del Sol.
Pero te están mintiendo.
No es un cometa. Es una sonda. Es tecnología.

Nikola Tesla no estaba “inventando” cuando hablaba de recibir señales de otros mundos en Colorado Springs. Él estaba escuchando esta misma frecuencia. La señal de 1420 MHz no es casualidad; es la “Línea de Hidrógeno”, el estándar universal de comunicación intergaláctica.
Tesla interceptó este mensaje hace décadas. Sabía que el “mensajero silencioso” regresaría.
¿Por qué crees que el sistema se apresura a etiquetarlo como ficción dramática? Porque la transmisión estructurada que emite no es ruido cósmico. Es un código de activación.
El objeto no se está cayendo hacia el Sol. Lo está utilizando. Está usando la energía solar para retransmitir la señal a la red de energía latente en la Tierra (la misma que Tesla intentó reactivar con la Torre Wardenclyffe).
No es un evento astronómico. Es una sincronización. El mensaje de Tesla fue claro: cuando el Centinela regrese, la jaula se abrirá.